Cuando se piensa en una tarima de exterior para la piscina, lo primero que nos viene a la cabeza es que el sol y el agua de la piscina la echarán a perder rápidamente. Pero hoy existen en el mercado diferentes alternativas para que esto no sea así. Desde siempre, hemos tenido madera de teka, un tipo de material muy utilizado en los barcos por su gran resistencia a la humedad y al sol. Pero su alto precio hace que no sea un tipo de madera apto para todos los bolsillo.
Por suerte, ahora hay más alternativas y tratamientos para la madera convencional que logran impermeabilizarla y hacerla resistente a ambientes tan complicados como puede ser el del perímetro de una piscina.
Evidentemente, este tipo de tarimas de madera para exterior precisan de un mantenimiento. Por suerte, estos mantenimientos son cada vez más sencillos. Lo ideal es que todos los años se le de a la tarima una capa de protector para que conserve sus cualidades y, cada cierto tiempo, se revisen las maderas para comprobar que todas están en buen estado.
Si se daña alguna madera hay que cambiarla. Si no se sabe cómo hacerlo se puede llamar a un profesional. Normalmente, se espera a que haya varias maderas deterioradas para llamar a un carpintero y que este realice el trabajo de manera que no se note dónde se han sustituido las piezas.
El mantenimiento anual, por el contrario, es fácil de realizar uno mismo si así se desea aunque también hay profesionales que pueden hacerlo si uno no se considera lo suficientemente manitas o, simplemente, no tiene tiempo para hacerlo por sí mismo.
Durante el verano, la madera de la tarima debe de hidratarse y para eso se recomienda mojarla en las horas más frescas del día. Este proceso se puede hacer dos o tres veces por semana, siendo suficiente para que la tarima se hidrate. Si se quiere lavar la tarima debe de hacerse con un jabón neutro que no la dañe.
Aunque estamos hablando de tarima de madera, es bueno saber que no tiene por qué ser de este material. Hoy hay tarimas sintéticas de muy buena calidad y estéticamente muy logradas. Pero la madera es el material más bonito y también el más cómodo porque es el que menos se calienta con el sol.
A favor de la tarima sintética hay que decir que necesita mucho menos mantenimiento, ya que no va a perder esmalte o color debido al sol o al agua. Eso sí, su vida útil es limitada, mientras que la tarima de madera, si se cuida correctamente, durará toda la vida.
La colocación de la tarima
La colocación de la tarima de exterior debe de ser realizada por profesionales. Lógicamente, el primer paso es la preparación del suelo, que tienen que estar perfectamente liso para que la tarima quede impecable. Hay muchos métodos para alisar el suelo y conseguir que sea perfectamente uniforme.
Tras esto, se colocan los ristreles donde irá colocada la tarima. Es importante dejar zonas para desaguar, especialmente si la tarima está situada alrededor de la piscina. El agua tiene que poder canalizarse con facilidad para volver a la misma o para ir directamente a la bomba en la que será filtrada. Así, se evitan los charcos debajo de la tarima.
Si se colocan pasillos de tarima o solárium con este material, es importante que se establezca un buen sistema de filtrado del agua tal y como se hace con el césped artificial, garantizando así una buena evacuación del agua.
Combina la tarima de exterior con el césped artificial para lograr un bonito resultado
Un último consejo que nos atrevemos a darte es que combines tarima de exterior con césped artificial. Gracias a estos dos materiales pueden conseguir resultados muy buenos para tu jardín y para tu piscina. Por ejemplo, poner tarima en un lateral de la piscina para crear una zona de solárium perfecta en la que colocar las tumbonas y hierba en los otros lados para que quede mejor estéticamente.
Otros prefieren rodear totalmente la piscina con tarima y dejar el césped artificial en el resto del jardín como espacio para las tumbonas. Así, al salir del agua estaremos siempre sobre la madera, mucho más confortable cuando se pisa descalzo.
Incluso es posible crear caminos en tarima que vayan desde la zona de vestuarios hacia la piscina o, ¿por qué no?, desde la vivienda. Las pasarelas de tarima son cómodas y resultan ideales para los niños que quieren ir descalzos todo el rato. No resbalan y son muy sencillas de limpiar. En el medio de la hierba artificial destacan muy bien y dado que este césped no crece ni crea malas hierbas no hay riesgo de que pueda invadir el espacio de la tarima.
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