Lo sabemos, como padres, siempre queremos lo mejor para nuestros hijos. Y eso incluye tener una habitación totalmente personalizada y adaptada a sus gustos e intereses. Para ellos es su templo. El lugar de juegos, el lugar donde sentirse autónomos. Por eso mismo, cuando se trata de diseñar este tipo de espacio es importante evitar ciertos errores que te vamos a contar a continuación.
#1. No pensar como un niño (o adolescente)
Para reformar la habitación de tus hijos no puedes pensar con una mente adulta. Debes ponerte en su lugar y comenzar a pensar como un niño de 8 años o un adolescente de 16. Pregúntate qué le gusta hacer, si necesita un amplio escritorio para estudiar, dibujar o jugar al ordenador. Si suele traer amigos o si la decoración en la que estás pensando se ajusta a su edad (y la de los próximos años).
Quizás ya esté algo cansado de ver el vinilo que le ha acompañado durante toda su infancia y ahora necesite algo más moderno y actual; que le haga sentir un pequeño adulto. Tampoco puedes olvidar los colchones, las almohadas y todo lo relacionado con su descanso. Es importante que sea de buena calidad para que pueda reposar a gusto y cómodamente.
Existen muebles infantiles que son también aptos para adultos. Solo hace falta recurrir al especialista apropiado y, sobre todo, conocer muy bien a tu hijo (o hijos).
#2. Elegir muebles de baja calidad
Más que en ningún otro espacio. Una habitación infantil o, incluso, la de un adolescente debe contar con mobiliario firme, completo y adaptado a sus necesidades. Los niños saltan, golpean e incluso arañan los muebles (queriendo o sin querer).
Si optas por elegir muebles de baja calidad, verás que al poco tiempo tienes que volver a cambiar la habitación entera. Si optas por muebles de calidad, podrás dar más tiempo a que estos pequeños se vuelvan algo más cuidados con las cosas, permitiéndote tener una habitación intacta y bonita durante años.
#3. No recordar algo clave: Crece
Quizás estés totalmente enamorado de esa cama con forma de castillo que has visto en un catálogo de muebles hace poco. Pero, por normal general, este tipo de camas tiene una vida limitada. Y no porque se vaya a dañar o estropear pronto, sino porque el niño crecerá y cuando menos lo esperes verás cómo sus pies asoman por los extremos de la cama.
Por eso no solo debes tener en cuenta la decoración a la hora de reformar el cuarto de tus hijos, sino también el tipo de muebles que compras.
#4. Desperdiciar el espacio disponible
Recuerda siempre que no es para nada útil (ni cómodo) tener toda la habitación abarrotada con juguetes y objetos que, al final, acaban estorbando y dificultan disfrutar la habitación al 100%.
El niño tiene que tener espacio para jugar, o simplemente, para hacer lo que quiera. Si es adolescente, quizás le guste tumbarse sobre la cama a reflexionar o hacer deporte en su habitación.
Por eso no es una buena opción colocar, por ejemplo, una cama en mitad de la habitación con dos mesitas al lado. Al menos si la habitación no es muy amplia. Haciendo esto vas a perder un espacio crítico para que tu niño pueda jugar o hacer otras actividades.
#5. No confiar en muebles a medida
Quizás hayas visto una habitación modular que está realmente bien de precio y parece de buena calidad. Sin embargo, no se adapta a la perfección al espacio disponible. Y esto, que no se adapte al milímetro, puede parecer algo no muy grave, pero una vez la instales verás que sí es importante.
Apostando por habitaciones a medida no tendrás este problema. Cualquier tipo de elemento arquitectónico puede ser adaptado a su nuevo cuarto. Y además, cuentas con la garantía de que serás asesorado con especialistas que te indicarán el tipo de mueble que puede resultar más funcional según la edad del niño como es nuestro caso.
En Agloma contamos con especialistas que pueden conseguir una habitación a su altura, estilo de vida y espacio disponible.
#6. Colores que dificultan el descanso
Uno de los errores más frecuentes a la hora de hacer una reforma en la habitación de un niño es elegir un color que no le facilite el sueño. Es cierto que estos, sobre todo, los más pequeños, se embelesan con colores fuertes. Sin embargo, este tipo de colores pueden ser demasiado intensos si no los eliges bien. Desde rojos hasta rosas chillones.
Elige colores suaves, tranquilos, relajados y cómodos. Tonalidades que ayuden a tu hijo a relajarse como el beige, el verde o el amarillo suave.
Elegir la habitación de tus hijos no es algo que debas tomar a la ligera. Si evitas estos errores y te dejas aconsejar por profesionales, no tendrás problema para conseguir una habitación bonita, funcional, adaptada a ti y, por supuesto, a los pequeños o jóvenes de la casa.
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