Seguro que ya sabes que ni todas las maderas son iguales, ni cuestan lo mismo ni sirven para todo tipo de funciones. Pues algo parecido pasa con otro de los elementos más importantes a la hora de cuidar este material: El barniz.
Son muchas las personas que simplemente disfrutan restaurando una antigua cómoda o quieren proteger ese mueble que acaban de comprar.
Sin embargo, en muchos casos no consiguen dar con el barniz que realmente cubra sus necesidades consiguiendo un acabado que puede acabar estropeando la auténtica esencia del mueble.
Pero, primero, vayamos por partes.
¿Qué tipos de barnices existen?
En primer lugar, para saber qué tipos de barniz existen es importante que sepas que este compuesto es una mezcla de resinas unida a disolvente y aditivos, además, por supuesto, los pigmentos que son los que dan el color final al producto.
El tipo de barniz depende en gran medida del tipo de disolvente que se usa a la hora de fabricarlo.
Los tipos de barniz más comunes son:
#1. Los barnices al agua
Se trata de un tipo de barniz que se utiliza para disolver las resinas que componen el barniz.
Cuando entra en contacto con el aire, el agua se evapora y se queda una película que recibe la madera de manera correcta. Las características de la película dependen del tipo de barniz usado y las resinas utilizadas.
Entre sus características y ventajas destacan que no es inflamable, tiene un bajo índice de contaminación, resiste más en el ámbito exterior, tiene un color más uniforme y mantiene el brillo por más tiempo.
#2. Los barnices sintéticos
Este tipo de barniz es obtenido mediante resinas alquídicas.
Entre sus características destacan su resistencia a la abrasión y a la humedad y, por supuesto, por su elasticidad.
#3. Los barnices al alcohol
El barniz a base de alcohol es un barniz suave ideal para restaurar muebles antiguos o delicados.
Este tipo de barniz aporta brillo, pero no ofrece una gran resistencia; por lo que es necesario cuidar bien el mueble tras aplicar el barniz.
#4. Los barnices de poliuretano
Este tipo de barniz se obtiene mezclando diferentes resinas de poliuretano con otras sustancias de relleno.
Se usa en suelos, tarimas o revestimientos y entre sus ventajas destacan su durabilidad y resistencia.
¿Qué conseguimos barnizando un mueble?
El barniz, además de dar una nueva piel al mueble, lo protege contra daños externos.
Aporta dureza y hace que los efectos de la humedad no calen en su material. Además, aporta brillo y luz, por lo que cualquier tipo de mueble, por antiguo que sea, puede parecer un mueble completamente renovado con unas simples capas de este material.
Gracias al barniz también se consigue sellar los posibles poros de la madera, evitando con ello muchos virus o bacterias que puedan afectar al mueble. Y por supuesto, las temidas polillas.
¿Qué tipo o de disolventes existen?
El agua, el aguarrás mineral, el alcohol o la acetona son algunos de los disolventes más comunes. Cuando se aplica el barniz, el disolvente se acaba por evaporar quedando únicamente la resina; una resina sólida y capaz de mantener la belleza del mueble durante años.
El mejor barniz
Elegir el mejor barniz depende en gran medida del tipo de mueble que quieras barnizar.
Si se trata de un mueble antiguo que solo quieres restaurar para conservarlo como adorno, no debes usar un barniz muy fuerte.
Cuanto más sea el uso que le vayas a dar al mueble, más resistente debe ser el barniz.
Si tuviéramos que elegir uno como el más resistente elegiríamos el barniz sintético, quedando en última posición el barniz a base de alcohol.
El color del barniz puede o no puede ir junto al producto. Puedes elegir un barniz transparente u optar por un tinte antes de aplicar el barniz.
¿Cómo barnizar?
Ante todo, es importante que el lugar que vayas a utilizar para barnizar esté totalmente ventilado. También es crucial que tengas en cuenta que este tipo de productos puede resultar tóxico para la salud, por lo que, si te pones una mascarilla, unos guantes o, incluso, unas gafas de seguridad, podrás trabajar de manera más cómoda y segura.
Lo primero que debes hacer es preparar la madera; para ello, puedes decaparla o lijarla del todo (existen decapadoras y lijas eléctricas que pueden facilitarte mucho el trabajo).
Seguidamente, puedes aplicar una base que tape los poros y, así, toda la superficie quedará lisa.
Da al menos dos manos de barniz e intenta lijar ligeramente entre cada una de las capas.
Como producto opcional, la cera puede ser ideal para ayudar a tu mueble a relucir como nunca.
Es relevante que antes de iniciar este proceso, leas atentamente las indicaciones del fabricante. De esta manera, tendrás una orientación mucho más precisa de la forma de actuar según el tipo de producto.
Te dejamos una serie de productos mapei.
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